DESDE LA MEMORIA DEL HUESO
Te vi huir de la inutilidad
de tu cuerpo cuando cedió.
Diecisiete días
con sus diecisiete noches.
Gigante de hierro
hombre todopoderoso.
Te llevaste tu paciencia
sin límites
tu mirar bueno
tu mirar bueno
tu sabiduría simple y clara
las historias que no me contaste
porque nos faltó tiempo
y viviste tanto.
El vacío que dejaste fue enorme
y en él creció otro universo
lleno de incertidumbres
de necesidades
de ausencia.
Antes cuando tus ojos
estaban abiertos
después cuando los cerraste.
Siempre hay un antes
y un después que cambia
la vida para siempre.
Cómo quise
acompañarte en tu partida padre!
Pero yo nacía a la vida
con las alas rotas
los ojos muertos
las manos desnudas.
Con la sangre derramada
la carne en jirones
y un pequeño residuo
de alma sin sueños.
Qué larga y difícil espera
desde aquél entonces.
Cómo quiero acompañarte padre!
Alivia tu ausencia saber
que el momento no debe estar lejos.
Eve V.Gauna Piragine
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