Un instante en movimiento
Autor: Avelino Sainar Nuñez
Acrílico: La Secretaria II
de Marcela Nuñez de la Rosa
El arte
una perspectiva
una mirada
una última respuesta
a la inmortalidad del hombre;
un sueño
un pincel cósmico
que juega con la geometría espacial
de una travesura
donde unos nudos al desnudo
buscan el paisaje de otro tiempo
en el autorretrato de un despertar.
El arte
una voz hamacándose
por los socavones del universo
buscando quién la escuche
un vértigo revolcándose en la alevosía
de un descaro
donde después de mucho tiempo
camina vacilante por las cuerdas precipitales
de los sueños de Nuri
y entre mares y mareas
va sembrando la tristeza
desde el origen confuso de la alegría.
El arte
una pluma cayendo a un abismo
buscando ojos que la contemplen.
El arte
todas las artes
sin tus ojos ni los míos
un laberinto de infinito desamparo.
Cuando el deseo estalla
también estalla el color risueño de la melancolía
y luces, sombras, vidas, muertes
copulan como flor y viento
en el vado imaginario de la superrealidad.
Por eso no cierro los ojos:
porque no quiero perderme en un parpadear
un trozo de arte
es decir
perderme y dejar de sentir en mi esqueleto
un cerillazo
un destello de inacabable soledad.
una perspectiva
una mirada
una última respuesta
a la inmortalidad del hombre;
un sueño
un pincel cósmico
que juega con la geometría espacial
de una travesura
donde unos nudos al desnudo
buscan el paisaje de otro tiempo
en el autorretrato de un despertar.
El arte
una voz hamacándose
por los socavones del universo
buscando quién la escuche
un vértigo revolcándose en la alevosía
de un descaro
donde después de mucho tiempo
camina vacilante por las cuerdas precipitales
de los sueños de Nuri
y entre mares y mareas
va sembrando la tristeza
desde el origen confuso de la alegría.
El arte
una pluma cayendo a un abismo
buscando ojos que la contemplen.
El arte
todas las artes
sin tus ojos ni los míos
un laberinto de infinito desamparo.
Cuando el deseo estalla
también estalla el color risueño de la melancolía
y luces, sombras, vidas, muertes
copulan como flor y viento
en el vado imaginario de la superrealidad.
Por eso no cierro los ojos:
porque no quiero perderme en un parpadear
un trozo de arte
es decir
perderme y dejar de sentir en mi esqueleto
un cerillazo
un destello de inacabable soledad.
Autor: Avelino Sainar Nuñez
Acrílico: La Secretaria II
de Marcela Nuñez de la Rosa
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